miércoles, 31 de agosto de 2011

Representantes del cuento

RAFAEL POMBO Escritor Colombiano
Fue un poeta colombiano nacido Bogotá, estudió ingeniería, luego se hizo diplomático, fue miembro del Parlamento de su país; y se lo considera uno de los grandes poetas y narradores del romanticismo hispanoamericano. Si bien, a diferencia de los románticos del Río de la Plata, y debido a su permanencia en los Estados Unidos, tomó la influencia del romanticismo anglosajón en lugar de la influencia francesa que había penetrado con sus posturas estéticas y sus ideas liberales en el sur de América. Entre los temas de sus poesías, se pueden señalar: el amor, la naturaleza, la desesperación y la soledad.
Pero la mayor popularidad la alcanzó este autor en su país y en obras antológicas, en la literatura infantil, especialmente los textos contenidos en su libro Cuentos pintados y cuentos morales para niños formales (1854).
Se pueden citar La hora de las tinieblas, Preludio de primavera; y para niños, cuentos rimados como Simón El Bobito, Doña Pánfaga, Renacuajo paseador, Cutufato y su gato, Pastorcita, La Pobre Viejecita, El niño y la mariposa.
Sus textos fueron reunidos de forma póstuma en Poesías (1916-1917) y Traducciones poéticas (1917).
Logró recrear los recuerdos de la infancia en su país y muchos de los chicos recuerdan a Rin Rin, el renacuajo, los vestidos de la Pobre Viejecita y las colas de las ovejas de la Pastorcita.
MARITZA VALLE Escritora Peruana
Uno de sus cuentos gotitas de cariño y miel
¿Qué te llevo al mundo de la literatura infantil? Los recuerdos más dulces de mi infancia y la insatisfacción. Lo primero porque mi mamá siempre nos contó, inventó y leyó cuentos cuando niños; imagínate que yo creía que el cuento de los siete chivitos lo había inventado ella porque nosotros éramos siete hermanos. Su voz, su dulzura, su ternura, sus caricias se hacen presentes e inundan mi alma cada vez que yo escribo o narro un cuento. Y la insatisfacción porque recuerdo que siendo niña no me gustaban los finales de los cuentos que leía y siempre inventaba primero mis propios finales y luego mis propios cuentos.
Pero para hacer justicia debo contarte que quién me animó a publicar el primer libro fue mi esposo Felipe; una noche (en la época del terrorismo) luego de ver la noticia de una matanza me puse a llorar y le dije: “No es posible que los peruanos estemos frente al televisor viendo lo que pasa en nuestro país y no hagamos nada” su respuesta fue pronta y precisa: “Tú no haces nada porque no quieres, ahí están tus cuentos que tantos valores sembrarían en los niños”; al día siguiente estaba en la Editorial y publiqué mi primer libro.

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